Sí que ha cambiado mi vida en el tiempo en que he escrito esos 5000 mensajes, mecachis en la mar. De ser un pardillo que dejaba de lado las clases de la facultad para quedarse ajustando el peso de los vértices de sus personajes en casa, a trabajar en un estudio como formador y en un cortometraje.
Quiero agradecer a todos y cada uno de vosotros el hecho de que sigáis aquí. Podemos tener nuestros roces (al fin y al cabo, eso es lo que nos hace humanos), nuestras riñas, nuestras salidas de tono, pero cada risa y cada cosa que hemos aprendido aquí dentro hace que merezcan la pena otros 5.000 mensajes más. Todos, de una manera u otra, me habéis marcado, y espero que sigáis haciéndolo tan bien como hasta ahora. Muchas gracias a todos, y que continúe el espectáculo.