Ayer fui a ver the ring 2 y pasé una de las peores tardes de cine de mi vida. La película no me desagradó (tampoco me esperaba más) y me gustó ver alguna secuencia con CG interesante, pero lo peor de todo no fue eso, fueron los niñatos (muchos) que habían por allí y que no pararon de hablar, reírse, gritar y armar jaleo, yo tengo una mucha paciencia y aguanto bastante que me molesten, pero esto iba de mal en peor empecé haciendo el típico sss para ver si se daban cuenta de que molestaban y nada, la cosa iba a más, mi chica me tranquilizaba porque notaba que le apretaba la mano inconscientemente y a ella no le gustan las movidas, prefiere pasarlo mal un rato y olvidarse. Siguieron, siguieron y les dije (amablemente): por favor, ¿podéis salir fuera a hablar? Respuesta: silencio de 2 segundos y vuelta a empezar, pero más fuerte, yo deseaba que hubiese momentos de acción en la película para no oirlos y mi nerviosismo subía y subía. Bien pues no quedó ahí la cosa, después empezaron a hablarse de una parte a otra del cine, a ligar (pedirse teléfonos) con unas chicas de detrás mío, a cambiarse de asientos por todo el cine y como colofón tiraron una caja de palomitas que cayó en mí fila cerca de mí, justo en ese momento oigo a uno de los anormales (se habían ganado ese apelativo) decir riendo: callaros que no oigo. Ahí reventé, no me pude contener me levanté, me incorporé un poco por encima del respaldo del asiento y le dije gritando sin control a uno de los anormales: ¿te quieres callar? El cine se quedó en silencio por unos segundos y yo seguí viendo lo que quedaba de película, aguantando los susurros que es en lo que se habían quedado las voces y gritos.
En fin. Lo que pasó por mi mente en esos momentos fue muchísimo peor que lo que sale en la película, me imaginé desde llenar un trabuco con cadenas y dispararlo en su oreja, arrancarle la traquea con la mano hasta cogerlo por el cuello e ir llevándolo arrastrando por todas las butacas hasta sacarlo fuera, para después soltarlo por el hueco de la escalera mientras suplica perdón, etc.
En fin, lo dicho, una de las peores tardes de cine de mi vida, nunca volveré a ir a la sesión de tarde (hacía décadas que no iba).
Solo me alegro de que estuviese mi chica allí para calmarme, o lo más probable es que hubiese hecho mi propia película en directo.